Carpe Diem

Hoy, después de ayer y antes que mañana.

Mi moto es una alfombra voladora de felicidad, que vuela hacia su meta. No puedo confiarle al correo italiano la carta de mi vida. Voy volando hacia el azul como el mensajero de una herencia de miles de millones. Mi corazón late al ritmo de los giros de las ruedas de la moto. Río, canto, y no oigo nada. Tampoco el claxon que a mi derecha chilla que tendría que haberme acordado de reparar los frenos. Y no estoy en un pique de frenazos, no ha habido tiempo de pasar miedo, ni de contar hasta uno, ni siquiera de pararme en seco…

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